A medida que los grandes fabricantes dirigen su atención a los coches eléctricos, la ‘start-up’ se enfrenta a serios desafíos.
- VIERNES, 17 DE FEBRERO DE 2012
- POR KEVIN BULLIS
- TRADUCIDO POR FRANCISCO REYES (OPINNO)
2012 será un año importante para Tesla Motors. Con una competencia cada vez mayor por parte de fabricantes de automóviles establecidos, Tesla planea vender un nuevo sedán de lujo en julio, el Modelo S, y suministrar baterías, motores y sistemas de control a Toyota para un nuevo SUV RAV4 eléctrico. El éxito de estas iniciativas podría determinar si la empresa sobrevive a largo plazo y en qué términos lo hace.
Incluso si Tesla no logra tener éxito como fabricante de automóviles independiente, podría ser adquirida por una compañía más grande o funcionar como proveedor para fabricantes de automóviles más importantes.
Tesla es conocida por su coche deportivo eléctrico, el Roadster. Sin embargo, desde sus primeros días, la compañía ha tenido la esperanza de pasar del Roadster a vehículos eléctricos de bajo precio, que se venden en cantidades mucho más altas. A principios de esta semana, Tesla reveló un SUV eléctrico de lujo, el Modelo X, que planea vender a partir de 2013.
No obstante, la industria del automóvil ha cambiado radicalmente desde la fundación de Tesla en 2003. En aquel momento, una serie de cambios en un mandato de California que había exigido a los fabricantes de automóviles producir coches eléctricos provocaron que GM cancelara su vehículo eléctrico EV1, y que Toyota hiciera lo mismo con el RAV4 original. A grandes rasgos, Tesla tenía el mercado de vehículos eléctricos para sí misma. Su única competencia provenía de unas pocas pequeñas empresas de automóviles eléctricos.
En la actualidad, GM, Nissan y otras empresas venden vehículos eléctricos en cantidades que después de un año superan con creces la producción total del EV1. De hecho, todos los grandes fabricantes de automóviles ha anunciado planes para vender coches eléctricos de algún tipo. Es más, los vehículos de compañías como BMW y Mercedes competirán directamente con Tesla en el mercado de coches eléctricos de alto rendimiento o de lujo.
El plan de negocios de Tesla incluye la producción de 20.000 sedanes Model S al año, aunque vender esa cantidad de coches podría resultar difícil. Aaron Bragman, analista automotriz sénior de IHS, compara el Model S, que se venderá por entre 50.000 y 98.000 dólares (38.000 y 75.000 euros), con el Porsche Panamera, un coche deportivo de cuatro puertas con una aceleración similar y un precio base de 75.000 dólares (57.000 euros). No es una comparación perfecta pero se acerca, ya que el Modelo S es más grande y en él pueden viajar más personas, y Porsche vende solo unos 7.000 Panamera al año. Además Porsche tiene muchos más distribuidores y es una marca más conocida que Tesla. «La gran cuestión es, ¿cómo convencerá Tesla a los conductores para que renuncien a sus marcas ya establecidas y le den una oportunidad? Es complicado», asegura.